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viernes, 3 de octubre de 2008

LA COSTUMBRE DE DORMIR LA SIESTA

El Quijote (capítulo XV): "vinieron a parar a un prado lleno de fresca hierba, junto al que corría un arroyo apacible y fresco, tanto que convidó y forzó a pasar allí las horas de la siesta, que rigurosamente comenzaba ya a entrar".
Y es que este reparador hábito, atribuido a los españoles, está unido a las horas posteriores al almuerzo. Dormir la siesta en la cantidad, calidad, armonía y forma adecuada ayuda a aumentar la productividad en el trabajo, reduce el absentismo y los accidentes derivados de la escasez de horas que una persona dedica al día a descansar. Ésta es la conclusión de numerosos especialistas del mundo que entienden que la siesta no es una costumbre, es una necesidad fisiológica.
La siesta, entendida como un momento para relajarse, es una costumbre antigua, usada por los romanos para identificar el lapso de tiempo entre las 14 y 16 horas.
En algunos países se ha llevado al terreno legal con la idea de formalizar si es un derecho de los trabajadores.

Chile estableció unos 20 minutos al día de siesta en el trabajo. En China llevan años imponiendo este "tratamiento" en las empresas, está protegido por la Constitución.
Los
japoneses reconocen la siesta como prerrogativa laboral que favorece la productividad. Las principales empresas del país han instalado en sus edificios salas de reposo con tumbonas para que sus empleados las utilicen después de comer. Algunas multinacionales de la informática han acondicionado las sedes de sus filiales en Europa para que sus trabajadores puedan reponerse con un sueño tras el almuerzo.

Para disfrutar de una buena siesta es muy importante tomarla después de comer con la familia o con amigos, teniendo en cuenta que:

El tiempo estimado es de entre 16 y 35 minutos, sin superar nunca una hora. Para ello, es primordial establecer unos horarios de siesta y llevar a cabo una rutina. Pues durante este periodo de tiempo la tensión arterial y la temperatura corporal disminuyen, lo que induce a un reposo aún más profundo. Cuando la siesta excede el tiempo indicado son comunes los ataques de mal humor propios del sueño, ya que tardaremos más en despertarnos y levantarnos.

Evitar posibles elementos perturbadores. Los móviles deben apagarse. Sin embargo, hay otros ruidos, como los de la televisión o la radio, que ayudan a algunas personas a conciliar el sueño. En este caso, se mantendrán encendidos.
La mejor forma de despertarse es con la voz dulce de una persona o con un despertador.
Al levantarse se recomienda tomar un vaso de agua o un pedazo de chocolate para reanudar la actividad habitual.
Si hay una época del año en que la siesta deja de ser una costumbre para convertirse en una obligación, esa es el verano. Después de la comida, ...

Dormir la siesta NO engorda: la verdad es que a la hora de gastar calorías, no existe mucha diferencia entre sentarse a ver la tele o tumbarse y echar una cabezadita. Dormir la siesta favorecería al corazón y reduciría la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, sobre todos en los hombres, ...
En septiembre del año pasado, la revista Neuron publicó un artículo titulado: La hora de la siesta está en los genes. La autora era la doctora Justin Blau.
El alcalde de Benicasim, ha dictado un bando prohibiendo generar ruidos de 15 a 16.30 de la tarde para garantizar la siesta de los vecinos. A pesar de los detractores, la siesta se ha convertido en uno de nuestros símbolos más internacionales.


Nota: si has visto el texto en diferentes tamaños de letra, es que necesitas una siesta.

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